Parásitos

Los más frecuentes son los gusanos redondos y los gusanos planos (lombrices y tenias).
El ser humano puede contraer los parásitos mediante la ingestión accidental de huevos o larvas del parásito, que se encuentran en el ambiente, o a través del contacto con su mascota. La desparasitación estratégica interna ayuda a prevenir el desarrollo de infecciones mediante el control de parásitos antes de que ocurran los daños. Esto es particularmente importante en los cachorros, porque ellos están más propensos a ser invadidos y afectados por los parásitos.
Los perros y gatos deben ser desparasitados por primera vez a los 15 días de vida con gotas antiparasitarias y repetirse cada 15 días hasta los 3 meses donde se desparasitarán con tabletas antiparasitarias.

Los parásitos externos más frecuentes son las pulgas, los ácaros y las garrapatas. Las pulgas y garrapatas causan prurito y dermatitis como reacción alérgica a la saliva de las pulgas y además, son trasmisores de parásitos, cuando la infestación es muy grande, incluso pueden causar anemia y muerte en los animales jóvenes. Los ácaros son responsables de la sarna en perros y gatos, y también pueden generar otitis en nuestras mascotas.